lunes, 12 de marzo de 2012

CAPITULO 26

-¿Qué….qu…qué haces Dani?-tartamudea la chica
-¡¿Mónica?!-exclama Dani dejando de besarme. Que bien actúa el jodio-…no es lo que parece…
-¡¿Quién es esta guarra?!-pregunta escandalizada insultándome
-Que yo no soy ninguna guar… ¡¿Tienes novia?!-actúo yo también dirigiéndome hacia Dani- Eres….eres… ¡Un cerdo!

Le doy un bofetón en toda la cara-no precisamente de mentira- y dirige la mano donde lo he golpeado y me mira con asombro. Se me escapa una sonrisa. Por lo mal que actúo y por que me ha sentado muy bien pegarle. Me he desahogado. A él se le relaja la cara al ver mi casi imperceptible sonrisa, pero la chica está con los ojos llorosos y me siento miserable. Se nota la tensión en el ambiente. Cojo mis zapatos y salgo de la habitación todavía con el vestido desabrochado. No tengo como irme a casa. No tengo dinero y Dani me ha traído en moto. Doy un portazo como si hubiese salido de la casa y me escondo en la cocina. Se empieza ha oír la discusión entre Mónica y Dani que cada vez sube más de tono.

-¡¿Pero como me has podido engañar?!- grita ella- confiaba en ti ¿Y así me lo pagas? Eres un miserable. Y se va ha enterar esa furcia si la pillo por la calle- me entra un escalofrío al oír la ultima frase
-A claro, pero cuando tu te puedes liar con uno de mis amigos mientras salimos ¿no? Eso si que es confianza mutua ¡Si señor!
-¡No me vengas con esas otra vez…

La discusión continua y continua, y a medida que pasan los minutos me doy cuenta de porque Dani quería romper con esa mujer. Es una arpía y, francamente, me da miedo.
Se oye el taconeo de sus zapatos dirigiéndose a la salida del apartamento. Me agacho debajo de la encimera. Sale dando un portazo que tiembla toda la casa que hace que me estremezca. Me dirijo a la habitación de Dani y me lo encuentro sentado en el borde de la cama con las manos en la cabeza.

-Dani…¿Qué tal?
-¡Joder que susto! ¿No te habías ido?-me pregunta llevándose una mano al pecho-bien, estoy mejor que nunca-sonrie
-¿Cómo me voy a ir? Si estoy pelada- protesto-y además, ya es muy tarde, y por aquí no pasa el búho-hago referencia al autobús nocturno cuando me percato que tiene una picara sonrisa- ¿Qué?
-Bonito sujetador-me dice señalando a mis pechos, bajo la vista y todavía tengo el vestido desabrochado. El sujetador es un “Push Up” y tengo las tetás hasta el cuello. Me tapo corriendo con las manos muerta de vergüenza.
-¡Cerdo!-le digo con la mirada entornada- ¿Cómo coño lo has desabrochado con un solo dedo?
-Experiencia mi querida Sara, experiencia-me dice- Quédate a dormir anda, porque yo no te voy a llevar a tu casa a estas horas.
-Vale, pero me pido la cama-me apresuro a decir mientras me doy la vuelta y  abrocho mi vestido, sorprendida de que no se haya caído ningún botón
-No, no, guapa, aquí dormimos los dos que cabemos perfectamente
-¿Estas de coña no?-pregunto levantando una ceja cuando suena mi móvil. Lo cojo de la liga que llevo en el muslo que uso cuando llevo vestido y no tengo bolsillos. Dani empieza ha hacer el tonto y ha hacerme cosquillas. Contesto sin mirar.
-¿Si?-pregunto reprimiendo la risa
-Sara, soy Juan, me paso ahora por tu casa para recoger las cosas que deje en tu cuarto- me dice al otro lado del teléfono. Toda la felicidad se esfuma en un momento
-Ahora no puedo-respondo seca provocando que Dani me mire con preocupación
-¿No puedes o no quieres? A lo mejor te lo estas pasando muy bien con Jaime en tu cuarto y no quieres que nadie moleste- me dice enfadado
-Pues no, listillo, no estoy en casa y punto
-Ah, ya entiendo, no te conformaste con el pintamonas que vive con tigo y te has ido a buscar a otro. Pues yo quiero mis cosas AHORA-me grita
-¡¿Qué te importa a ti lo que haga o deje de hacer?!-le reprimo en el mismo tono de voz que el esta usando-¡Are lo que me de la gana cuando me de la gana, y si tanto quieres tus cosas no te preocupes, mañana mismo las tienes en la puerta de tu casa! ¡Pero a ti no te incumbe lo que haga o no con quien me de la gana!- noto como me pica la nariz y las lagrimas asoman en mis ojos- ¡¿Celoso o que?!
-¡PUES SI! ¿VALE? ¡ESTOY CELOSO! ¡CE-LO-SO!-me grita, con una fuerza tal que me tengo que apartar el teléfono de la oreja, y cuelga.

Miro el móvil y lo estampo contra el sillón la habitación de Dani con todas mis fuerzas. Me tapo la cara con las manos para no llorar. Parpadeo para que no caigan las lagrimas y me tumbo boca abajo en la cama ahogando un grito.

-¿Estas bien?-me pregunta Dani con un tono dulce. Se tumba a mi lado, nos tapa con el edredón mientras apoya mi cabeza en su pecho y acaricia mi pelo- Tranquila, estoy aquí ¿vale?, puedes llorar si quieres…

Y como si hubiese esperado esas palabras, rompo en un sollozo silencioso. Las lágrimas no paran de caer por mis mejillas. Lagrimas de tristeza, decepción y rabia, que Dani va secando una a una hasta que quedo dormida en su fuerte pecho.


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