lunes, 13 de agosto de 2012

CAPITULO 41

Llego al polideportivo y saludo a Alfredo, el de recepción  y me voy a los vestuarios. Me pongo los pantalones de baloncesto, que son azul marino y una camiseta azul clarito de tirantes ajustada. Me ato las zapatillas de baloncesto y me voy a pedirle un balón. Cuando lo tengo me voy a la nueva cancha. Es perfecta. De pequeños, en verano, nos íbamos los cuatro hermanos y mi padre a jugar mientras mi madre se quedaba en casa preparando la comida para cuando volviésemos. Como hecho de menos esos días...
La cancha esta vacía así que puedo hacer lo que quiera. Me pongo en la linea de tiros libres y tiro. Entra limpia. Mis pasos y el botar del balón resuenan haciendo eco en la cancha. Cierro los ojos y inspiro. Huelo a pintura y a limpio. Se nota que es nueva la cancha. Me pongo en movimiento de nuevo. Hago tiros libres, triples, auto-alley opp, ganchos, etc.

-Juegas bien- me dice una voz que bien desde las gradas
-Gracias-le digo al hombre cuando le veo- ¿Te conozco?
-Soy el vecino al que espías por la ventana-se presenta sonriendo
-¡Anda! Es verd...¡Oye!¡Yo no te espió!-me defiendo-solo estaba mirando por la ventana así, sin mas. A ningún sitio en concreto...
-Vamos, que me espias-insiste riendo formando unas arruguitas encantadores al rededor de sus ojos verdes
-Mira, no hablemos de la ventana- le digo de mal humor recordando lo de Jaime- A de mas, ¿por que iba yo ha espiar a un viejo?-bromeo yo esta vez
-¡No estoy viejo! Solo tengo 27 años...
-Vamos, que estas viejo-le vacilo con sus mismas palabras alterándolas un poco y empiezo a reir
-Veremos si estoy viejo ¿Te hace un uno contra uno?-propone con una sonrisa maliciosa
-Si, ¿por que no?

***

-Vale...tu...ganas...-me rindo entre jadeos, tirada en el suelo en medio de la cancha y sin poder mas con mi cuerpo despues de media hora jugando con él- No...estas viejo...- Me ha ganado, pero solo por 3 puntos, y viendo el nivel con el que ha jugado, no esta nada mal que solo me haya ganado con 3 puntos
-Muy bien Sara, muy bien-en algun momento de el uno contra uno nos hemos presentado, pero yo no me acuerdo de su nombre
-¿Como te llamabas?-le pregunto
-Rafael-responde poniendo el balón debajo del brazo y tendiéndome la otra mano para ayudarme a levantarme-pero llámame Rafa
-Nah. Te llamare abuelito ¿vale?- bromeo y me mira con cara de "para mi estas muerto"-era broma, era broma...-me disculpo riendo
-Mira Sara, soy entrenador de un equipo femenino de baloncesto profesional-confiesa-y aunque son universitarias, tu estas a su nivel...así que, ¿te gustaría unirte al equipo? Claramente, tendrás un contrato y un sueldo, tus padres tendrían que firmar un permiso porque eres menor de edad. He visto tu potencial, y si aceptas, serias titular, porque aunque no lo parezca, te he puesto a prueba en este uno contra uno y has superado mis expectativas. ¿Qué me dices?

¿Yo jugadora profesional de baloncesto? No me lo creo, me gusta el baloncesto pero...¿profesionalmente? Estoy muy sorprendida por la oferta. Rafa si que sabe vender un producto. Ni si quiera sabia que el era entrenador. Vale que al vivir en un chalet no tienes tanta relación con los vecinos como en un piso pero, de estas cosas te enteras ¿no?
Tengo los ojos como platos y no digo palabra en varios minutos. Cuando consigo emitir algún sonido de mi garganta lo único que sale es:

-Pero...si mido 1:63- Sara, definitivamente eres tonta ¿que respuesta es esa? Rafa se ríe
-La altura importa, pero no en tu caso. Mira, porque no nos vamos cada uno a nuestro vestuarios, nos damos una duchita, que la necesitamos y cuando terminemos, nos vemos en recepción y lo hablamos tranquilamente-me propone cuando dos equipos de baloncesto entran en la cancha.
-Vale, ¡hasta ahora!- me despido
-¡Hasta ahora!


                                                     
                                                             


jueves, 2 de agosto de 2012

CAPITULO 40

-¿Qué haces loca?-me pregunta Celia
-Atrasar la hora del reloj...
-¿Para?-pregunta esta vez Nat
-Para viajar a tras en el tiempo, a cuando hemos salido de clase para pegarle una patada en los huevos a Jaime para que no se pueda liar con esa zorra...
-Am...
-¡No entiendo porque me molesta!-exploto tirando el reloj a la pared de mi cuarto- No debería molestarme, no estamos saliendo ni nada ¡Ni siquiera nos hemos besado!...no debería molestarme...
-Pero te molesta porque...-empieza Celia
-...te gusta-termina Nat- Te gusta Jaime, admítelo.
-No me puede gustar-gimoteo
-¿Por qué no?
-Por que es tonto...
-¡Anda! ¡Como tú!-se mofa Nat mientras Celia se ríe por el comentario-Si es que sois tal para cual, ¿has visto cuantas cosas en común?
-Vosotras si que sois tontas- digo tirando a la cara de Nat una de las palomitas que han traído-no ayudáis nada...
-Te hemos traído comida-se defiende Celia-eso ayuda...
-Mucho-le da Nat la razón
-Sigo sin entender por que me molesta...
-La cosa esta así-empieza a resumir Celia recogiendo mi reloj del suelo y poniendo bien la hora-Has visto a Jaime liarse con una chica, te has puesto celosa y nos has llamado. No nos hubieses llamado si Jaime no te gustase, por consiguiente, Jaime SI te gusta-termina recalcando el "si"
-Odio tu lógica-le reprocho
-Porque es una lógica cierta y aplastante-explica Natalia dandome un abrazo cariñoso
-Oye, ya han terminado la nueva cacha de baloncesto del gimnasio de enfrente de el parque ¿no? -pregunto levantandome de la cama
-No cambies de tema-se queja Celia
-No puedes irte a jugar al baloncesto cada vez que te moleste algo-me recrimina Nat mientras observa como meto en una bolsa de deporte todo lo necesario para jugar al baloncesto-alfinal vas a asociar las pelotas de baloncesto con cosas malas y vas a acabar odiando el baloncesto
-Mira. Si jugar al baloncesto hace que me olvide de todo lo demás-digo buscando mis pantalones de baloncesto y unas deportivas de lo mismo-voy a ir a jugar al baloncesto os guste o no-aclaro cuando encuentro por fin lo que buscaba
-Esta bien, pero nosotras nos quedamos en tu cuarto que se esta muy bien-dice Celia
-Ya sabéis, mi casa es vuestra casa-les grito mientras bajo las escaleras.

Voy a la cocina ha beber agua y cuando termino el vaso le escribo una nota a Álvaro diciendo que estoy en el gimnasio y la pego en la nevera. El entenderá que estoy molesta y me dará un respiro.
Cojo las llaves, el carnet de socio del gimnasio y dinero para las taquillas cuando se abre la puerta de entrada.

-Buenas tardes preciosa-me saluda Jaime
-Preciosa los cojones-mascullo pasando a lado de él sin mirarle
-¿Que pasa? ¿He hecho algo malo? Por que si he hecho algo ma...

Cierro la puerta de casa sin esperar ha que termine lo que iba a decir. No quiero saberlo. Me dirijo a la parada del bus para ir al gimnasio.




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