-¿Se puede saber que haces?-me pregunta con voz
somnolienta sin abrir los ojos
-¡Uy! ¡Pero si eres de verdad!-digo sin asimilar la
situación
-En realidad, puedo ser todo lo que quieras-dice esta vez
con esos ojos, que aun siendo marrones, hipnotizan a cualquiera. Se acerca a mi
con su sonrisa picara, característica de él
-Creo que tenemos que ir a clase-digo apresuradamente
recordando todo lo de ayer
Se destapa y se pone de pie. Esa camiseta de tirantes que
lleva deja poco para la imaginación. Valla espalda que tiene. Me muerdo el
labio. Él se da la vuelta y me mira. Cuando se da cuenta de cómo le estoy
mirando, esboza una sonrisa de triunfo. Agito la cabeza y borro de mi rostro
cualquier signo de deseo hacía él.
-Buenos días preciosa- me dice guiñándome un ojo antes de
salir de la habitación.
-Gracias-digo antes de perderle de vista, por lo que hizo
ayer por mí. La verdad es que se porto como un caballero. Hay que ver lo tonto
que es a veces y lo tierno que es otras.
Me ducho y me visto. Llevo puestos unos pantalones cortos
y altos, a rallas verticales blancas y negras. Por dentro, una camiseta de
tirantes gris, que en la espalda esta escrito con letras azul marino: “Quien
dijo que lo importante es participar, no gano nunca”. Me hago una trenza que
cae por mi espalda y me pongo unas “converse” bajas del mismo color que la
camiseta.
Me encamino hacía el instituto sin esperar a Jaime. Las
clases transcurren normalmente. Estoy un poco depre, pero no lo suficiente para
que la gente se de cuenta. Suena el timbre de la última hora. Recojo mis cosas.
Tengo que ir a la puerta del instituto de Fonsi e Ismael. << ¿Por qué tiene
una foto de eso?>> << ¿Por
qué es tan capullo de hacerme chantaje con una foto de eso? >>. Camino
por las calles. Todavía me acuerdo de cómo ir. Y eso que ha pasado un año desde
que cortamos Ismael y yo. Giro a la derecha, después izquierda. Izquierda de
nuevo. Derecha. Izquierda. Derecha. Derecha. Sigo recto y llego. La entrada
esta desierta. Ellos salen cuarto de hora después que nosotros. Espero apoyada
en la pared de al lado de la verja. Apenas sin darme cuenta, empieza a salir la
gente. Los primeros que cruzan la puerta, supongo yo, que son de 1º de la ESO. Sale
gente y gente. Los últimos que quedan ya por salir, son los de 4º de ESO, mi
curso, 1º y 2º de bachillerato, que caminan a paso lento hacia la entrada,
charlando y haciendo el tonto. Muevo mi pierna derecha de arriba abajo golpeando
el suelo con impaciencia.
-¿Sara? ¿Qué haces tu aquí?-me pregunta una voz que
reconozco al instante- Que agradable sorpresa-me dice con una sonrisa-cuanto
tiempo…
-Isma-saludo contenta- pues ya ves, aquí esperando…
-A mi- termina la frase Fonsi rodeando mis hombros con su
brazo y apretándome contra él. Reprimo una mueca- ¿Qué tal cariño?
-Hola amor-digo con una sonrisa, mas falsa no se ha visto.
Me besa, en la boca, yo aprieto los labios y alejo mi cabeza- ¿Muy bien y tu?-pregunto
intentando sonar cariñosa, pero consiguiendo sonar como un robot. Visualizo la
cara de irritación de Ismael.