miércoles, 11 de enero de 2012

CAPITULO 8

- Explícame otra vez porque tienes que ir a ver el partido
-Porque me aburro- aclara Jaime.

Vamos en el autobús de camino al partido, se ha empeñado en ir a verme, le he dicho que no, pero no me ha hecho ni caso y no para de sonreír, y eso, me pone los pelos de punta.
Esta noche soñé con Juan, me decía que me quería y que era la única para el. Después aparecía en otro lugar, pero en tercer plano, y veía a Juan besándose con una de segundo de la eso y decía: << Nena, tu si que hueles ha merengue>>, dejando claro que yo no huelo a merengue, aunque no tiene ningún sentido…me ha dejado con mal sabor de boca.

-¿Te pasa algo?- pregunta
- Si, es que tengo un problema- respondo
-¿Cuál?
- Tú

Vuelve a sonreír como si nada. Bajamos en nuestra parada y seguimos calle arriba hasta entrar en el polideportivo. Veo como unas chicas, que jugaran al voleibol se comen ha Jaime con los ojos y a mi me echan miradas asesinas. ¡Como si me gustase estar con él!

- Como veo que te quedas, vete yendo ha las gradas que yo voy a los vestuarios- le pido
- Lo que usted diga señorita- dice haciéndome una reverencia. Pongo los ojos en blanco.

Mientras me dirijo a los vestuarios recuerdo que Pepe, el mejor amigo de Juan, juega con migo. No puedo evitar pensar en como voy a explicar lo de Jaime y lo que le dirá Pepe ha Juan al respecto. Me cae bien, pero, él y Juan se cuentan todo. ¡¿Y que más le dará a Juan lo que haga yo o deje de hacer?! No tengo que dar explicaciones. Él ya no forma parte de mi vida. Entro al vestuario de mujeres, que solo se separa al de hombres por una pared abierta por arriba donde se puede escuchar todo.

-¡Sarita! Creí que no llegabas nunca- Inés me abraza aun cuando solo esta en bragas. Sonrío ante su despreocupación.
-Hola
-¡Ey! –exclama Vanesa.
Y después más saludos y risas de los dos vestuarios.

-¿Sabes qué, Sara?-me pregunta el que creo que es Gonzalo desde el otro lado de la pared- Hemos escuchado a los del otro equipo hablar y dicen que ni de coña les ganamos jugando con chicas.
Me quedo en silencio unos segundos y:
-¡¿De que coño van?!- casi grito tan enfadada como lo estoy o estuve con Juan.
- Les vamos a patear el culo- dice Lorena.
-¡Estás que no!- canturrea Vanesa.

Vítores, aplausos e insultos se oyen a los dos lados de la pared. Alguno que otro chico trepa, no se como, por la pared para vernos cambiarnos, pero no dura lo suficiente mientras les tiramos las espinilleras y ellos nos las devuelven. Estamos más motivados que nunca. Va a ser un partido interesante.

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